
¿Por páginas? ¿Por palabras? ¿Cómo se «mide» un proyecto de traducción?
Existen muchos tipos de encargos de traducción, pero todos tienen una cosa en común: para poder presupuestar correctamente su precio y proponer un plazo razonable, es necesario calcular su extensión con la mayor precisión y fiabilidad posibles.
Tipos de recuento
Los tipos de recuento en traducción varían según el sector, pero los más habituales son los siguientes:
Matrices o caracteres
Se trata del método más habitual en el mundo editorial. De acuerdo con el Libro Blanco de la traducción editorial en España,[1] «los modos más frecuentes de contabilizar las tarifas son por “plantilla de 2100 matrices” o “recuento de 2100 caracteres con espacios”».
El primer método, también denominado «holandesa» y que procede de los tiempos en que se traducía con máquina de escribir, se ajusta a una plantilla de Word de 30 líneas de 70 caracteres.[2]
En el segundo método se emplea el recuento de caracteres de Word para obtener una «bloque» de 2100 caracteres (con espacios) reales.
Hay que tener mucho cuidado con no confundir estos dos métodos porque, aunque parecen similares, pueden ofrecer diferencias importantes. Además, cabe destacar que para el recuento de facturación de traducciones editoriales se emplea el texto traducido y no el de origen.
Palabras de origen
El recuento del número de palabras de origen constituye el método más habitual en la traducción técnica y probablemente sea el más sencillo y práctico, ya que los procesadores de textos más habituales incorporan una función para contar palabras (en Microsoft Word, pestaña Revisar > Contar palabras).
Los programas de traducción asistida también suelen incorporar sus propios sistemas de recuento y estadísticas. Además, existen programas específicos para contar palabras, como AnyCount.
Sin embargo, este método no es perfecto: los idiomas más sintéticos, como el alemán, presentan un número menor de palabras que el español o el francés. Así, el recuento por palabras del mismo espacio (las 2100 matrices que mencionaba más arriba) puede variar mucho de un idioma a otro.
Palabras de destino
En traducción no literaria, este método solo se emplea cuando se trabaja con documentos originales cuyo texto no es extraíble (como documentos escaneados o textos en papel) y que, por lo tanto, no permiten contar palabras ni caracteres de forma automática. Su inconveniente es que no se puede ofrecer un recuento exacto hasta que se finaliza el trabajo.
Además de estos tres métodos, hay países en los que también se utiliza el carácter o la línea como unidad de cómputo, pero no es lo habitual.
Conversión de recuentos
En cualquier caso, resulta de utilidad poder convertir de un tipo de recuento a otro para hacer nuestras propias previsiones de presupuestos y plazos.
Una vez más, el Libro Blanco (pp. 101-102) nos da la respuesta, ya que una plantilla de 2100 matrices o página holandesa contendría una media de 290 palabras.
Si alguien nos propone traducir un texto de 23 páginas, sabemos que rondará las 6700 palabras.
Así, si tenemos clara esta conversión, nos resultará mucho más sencillo hacer cálculos aproximados. De esta forma podremos organizar mejor nuestra productividad u ofrecer un presupuesto provisional al cliente.
[1] Ministerio de Cultura y ACE Traductores. Libro Blanco de la traducción editorial en España, Madrid, 2010, p. 71 (puede consultarse aquí: http://www.cedro.org/docs/lecturas/libro_blanco_acett_2010.pdf).
[2] David Paradela. «Traducir a la letra: H de Holandesa», El Trujamán, Agosto de 2012 (puede consultarse aquí: https://cvc.cervantes.es/trujaman/anteriores/agosto_12/22082012.htm)
Fotografía de Robert Owen-Wahl.