Recursos

Un recurso útil y fácilmente accesible.

Cuando nos enfrentamos a traducciones técnicas, es muy habitual que aparezcan normas y estándares. Al fin y al cabo, regulan numerosos aspectos técnicos de nuestra vida diaria y contribuyen de forma significativa al intercambio internacional.

Pero no solo constituyen un elemento recurrente, también pueden resultar muy útiles para nuestro trabajo.

Para los traductores, las normas y estándares son de gran importancia por dos motivos: desde un punto de vista técnico, nos ofrecen información clara y concisa sobre procesos, bienes y servicios; en el aspecto lingüístico, nos ayudan a encontrar terminología acuñada por expertos y adoptada oficialmente en varios idiomas.

ISO: normalización a nivel mundial

Una de las fuentes más importantes de normas técnicas es la Organización Internacional de Normalización (ISO). Sus idiomas oficiales son inglés, francés y ruso. La adopción de estas normas no es obligatoria para los Estados miembros.

Los comités técnicos de la ISO trabajan a nivel mundial y elaboran normas que se publican clasificadas y catalogadas en su página web, donde podemos adquirirlas a partir de unos 75 euros (todos los precios son a fecha de 15 de septiembre de 2018).

En algunos casos, hay disponible una previsualización de la norma. A modo de ejemplo, aquí podemos ver la famosa norma ISO 13849-1:2015 sobre seguridad de las máquinas.

 

Previsualización de la norma ISO 13849-1:2015, en inglés.

Las normas europeas

Las normas europeas (EN) son documentos ratificados por una de las tres organizaciones del sistema europeo de normalización técnica: CEN, CENELEC o ETSI.

Estas se convierten automáticamente en normas nacionales en cada uno de los 34 Estados miembros de CEN-CENELEC.

En nuestro ejemplo anterior, Europa adoptó la norma de la ISO tal cual, por lo que pasó a llamarse EN ISO 13849-1:2015.

El caso español

La Asociación Española de Normalización (UNE) es el organismo nacional de normalización en nuestro país. También participa en la elaboración de normas de los organismos europeos e internacionales mencionados anteriormente.

Las normas técnicas están publicadas en la página web de UNE y de AENOR (hasta 2017, ambas constituían una sola entidad de normalización y certificación).

Siguiendo con nuestro ejemplo, la página web de la UNE permite previsualizar y adquirir la norma UNE-EN ISO 13849-1:2016. Como se puede ver a continuación, las normas UNE incluyen el título en inglés y francés:

Portada de la norma UNE-EN ISO 13849-1:2016, en español.

 

Los precios varían enormemente. La norma UNE-EN 12640, por ejemplo, está disponible por 46 euros (septiembre de 2018), pero cuando compré la UNE 13849-1:2016, me costó 129,47 euros. Por cierto, hay que recordar que el precio que aparece en la web no lleva el IVA incluido.

Otras normas

Normas alemanas

El Deutsche Institut für Normalisierung (DIN) es el organismo de normalización alemán. Al igual que su homólogo español, colabora como consultor en los organismos supranacionales.

Cuenta con un portal terminológico (para cuyo uso es necesario registrarse en la web) y un buscador de normas. Allí se encuentra la versión en alemán de la ISO 13849-1:2015:

Norma DIN EN ISO 13849-1, en alemán.

 

El precio de la norma alemana es de 209,50 euros.

ANSI: normalización en Estados Unidos

El American National Standard Institute es una organización privada sin ánimo de lucro que se encarga de administrar y coordinar la normalización voluntaria en los Estados Unidos. Colabora con organismos de normalización internacionales, como la ISO, y desarrolla los American National Standards.

Cuenta con una biblioteca de acceso libre, en la que se pueden consultar ciertos documentos, y una tienda online, en la que se pueden comprar sus normas. La ISO 13849-1 está disponible por 399,00 dólares.

Otros textos normativos

Si trabajamos con idiomas europeos, otra fuente imprescindible es EurLEX, la base de datos de legislación de la Unión Europea. En ella podemos buscar textos consolidados, que podremos visualizar hasta en tres idiomas en paralelo.

Por ejemplo, la Directiva 2006/42/CE relativa a las máquinas tiene el siguiente aspecto:

Directiva 2006/42/CE en español, alemán e inglés.

Conclusión

Las normas no son documentos baratos, pero en muchos casos son imprescindibles. No solo unifican usos a nivel mundial, también permiten conocer el estado de la técnica en un momento determinado y, a los traductores técnicos, nos facilitan mucho el trabajo con una terminología unívoca y textos multilingües.

Creo que merece la pena invertir para hacerse con una biblioteca propia de textos técnicos normativos que nos ayudarán en nuestro trabajo diario y nos permitirán ofrecer unas traducciones coherentes y de calidad.

Fotografía de Anamul Rezwan.

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