Aspectos fundamentales

Traducir, sí, pero ¿el qué? Para el traductor profesional, la especialización es clave.

En una entrada anterior hablaba de los tipos de encargos de traducción y mencionaba lo importante que considero la especialización. ¿Crees que un traductor, solo por serlo, es capaz de enfrentarse a cualquier texto?

Elige tu camino

Todo es susceptible de traducirse: desde la publicidad de una crema antiedad, pasando por las audiodescripciones de un documental, hasta las especificaciones de una planta de aerogeneradores. Cada uno de estos textos exige unos conocimientos y unas estrategias muy concretos.

Uno de los peligros para los traductores es intentar abarcar demasiado. Por mucho que nos atraiga aprender cosas nuevas, no podemos saberlo todo ni manejar todas las herramientas. Por no hablar del poco tiempo de investigación que dejan ciertos proyectos.

Si la calidad es el objetivo último de nuestro trabajo, parece evidente que tendremos que acotar claramente nuestros campos de especialización. Aún más si hablamos de traducción técnica, dada la complejidad que pueden alcanzar ciertos textos.

 

Tipos de traducción según Hurtado Albir (94).[1]

Prepárate

Las traducciones presentan numerosas trampas hasta para el mejor de los profesionales. Cada ámbito tiene una terminología y un estilo propios. En traducción científico-técnica, además, el destinatario suele ser un especialista en su campo, por lo que nos cazará si caemos en una de esas trampas. Seguro.

Los diccionarios no suelen ser de demasiada ayuda cuando nos adentramos en un ámbito especializado. No solo hay que entender muy bien lo que se lee; además, hay que saber cómo se expresa correctamente en español. Hace unos días, por ejemplo, en Twitter se criticaba una noticia en la que se había traducido parte de un artículo científico utilizando terminología incorrecta: los errores de expresión echaban a perder el contenido.

Piensa en ti

Vas a dedicarle muchas horas a tu ámbito de especialización. Vas a documentarte, a leer, a extraer terminología, a aprender a hablar como un profesional del ramo. Elige un campo que te resulte atractivo y céntrate. La ciencia y la tecnología abarcan campos muy dispares. ¿Medicina? ¿Ingeniería civil? ¿Biotecnología? ¿Informática? Aprovecha las innumerables posibilidades de formación. Piensa que, además de la especialización, es importante la agudeza técnica, la capacidad de comprender y ampliar tus campos de conocimiento.

Piensa en los demás

Somos humanos y nadie está libre de cometer errores. Pero a veces las circunstancias o un optimismo desmedido podrían llevarnos a aceptar un trabajo para el que no estamos capacitados. Y el dilema no es solo ético, también económico.

Aceptar un proyecto de traducción, y no solo de traducción científico-técnica, sin contar con la especialización necesaria puede ser frustrante y tener consecuencias desagradables: para el propio traductor una vez que se percata del problema, para el revisor que tendrá que compensar las carencias de su colega y, por último, para el destinatario final, que es quien tendrá que juzgar en última instancia si el texto «funciona». Por no hablar del cliente, que habrá invertido tiempo y dinero, y habrá confiado en la profesionalidad de su proveedor.

Conclusión

Después de muchos años dedicada a la traducción, sé cuáles son mis áreas de especialización, con qué textos me siento cómoda y cómo afrontarlos de forma rentable. ¿Puedo desenvolverme si aparece algún término o referencia a un tema que no domino? Sí. ¿Aceptaría el encargo de traducir un software de gestión de activos financieros, por ejemplo, o los subtítulos de una película de terror? Sé que no.

Tenemos un oficio precioso que nos permite aprender continuamente, pero nos debemos a la persona que nos ha encargado el trabajo y a nuestro lector. Además, cada uno de nosotros es embajador de la profesión. Y a la larga no solo es más honrado, sino también más rentable, explicar a nuestro cliente quiénes somos y qué hacemos, y rechazar un proyecto si no está dentro de nuestras capacidades. Nos ahorraremos tiempo y disgustos, y le daremos la oportunidad de brillar a otro compañero mejor preparado para la tarea.

[1] Hurtado Albir, Amparo. Traducción y Traductología: introducción a la traductología. Madrid: Cátedra, 2001 (disponible aquí).

Fotografía de Javier Allegue Barros.